Testículos no descendidos

Testículos no descendidos

¿Qué es un testículo no descendido?

Los testículos no descendidos, también conocidos como criptorquidia, son una afección congénita bastante frecuente y normalmente indolora en la que uno o ambos testículos del bebé no se han colocado en la posición adecuada. Afecta a entre el 1% y el 2% de los niños varones.


Antes de nacer, los testículos se forman en el abdomen del niño. Durante el tercer trimestre, los testículos se desplazan desde el abdomen, bajan por la ingle y llegan al escroto (el saco de piel situado bajo el pene). Un testículo no descendido no completa el proceso de descenso. El testículo puede estar situado en cualquier parte desde el abdomen hasta la ingle y puede afectar a uno o a ambos testículos. Los recién nacidos prematuros se ven afectados por testículos no descendidos en mayor proporción. Cuanto más prematuro es el bebé, mayor es la probabilidad de tener un testículo no descendido.

En algunos casos -alrededor del 20% de los varones afectados- el testículo no descendido desciende por sí solo durante los seis primeros meses de vida. Los que no lo hacen requieren cirugía.

¿Cuáles son los síntomas de un testículo no descendido?

En un bebé afectado por testículos no descendidos, uno o ambos testículos parecen faltar o no pueden palparse en el escroto. Si ambos testículos no han descendido, el escroto tendrá un aspecto inusualmente pequeño y plano. Si sólo está afectado un testículo, el escroto puede tener un aspecto asimétrico.

Si el testículo de su bebé parece estar «a veces ahí y a veces no», se denomina testículo retráctil o testículo en ascensor. Es una condición madurativa que no requiere tratamiento quirúrgico.

¿Cuáles son los problemas asociados a un testículo no descendido?

Los testículos no descendidos pueden aumentar el riesgo de infertilidad. Normalmente, cuando los testículos se encuentran en el escroto, están entre tres y cinco grados más fríos de lo que estarían si permanecieran dentro de la cavidad abdominal del cuerpo.

Las temperaturas más altas en el interior del cuerpo pueden perjudicar el desarrollo de los testículos y afectar a la producción de espermatozoides sanos cuando el niño sea mayor.

Los varones que nacen con testículos no descendidos también son ligeramente más propensos al cáncer testicular, incluso después de la cirugía correctora. La ventaja de la cirugía, sin embargo, es que desplaza los testículos a un lugar que permite la autoexploración rutinaria, lo que podría conducir a la detección precoz de cualquier anomalía más adelante en la vida.

Preguntas Frecuentes:

¿Cómo se diagnostican los testículos no descendidos?

El diagnóstico inicial se realiza mediante una exploración genital completa donde se trata de localizar el testículo si no está en el escroto. Si no se puede palpar ninguno, es necesario que la evaluación por un cirujano pediátrico para que le realice una exploración más completa y descarte dos patologías relacionadas: los testículos ectópicos y los testículos retráctiles.

  • Testículos ectópicos: Si el escroto está vacío, se debe determinar en primer lugar si su hijo tiene testículos ectópicos, una afección relacionada en la que el testículo se desvía de algún modo de su vía normal de descenso. Como resultado, el testículo se sitúa en un lugar anormal fuera de esta vía. Para comprobarlo, el médico palpará las zonas donde a veces se encuentran los testículos ectópicos.
  • Testículos retráctiles: Los testículos retráctiles entran y salen del escroto. Si el testículo puede introducirse completamente en el escroto, no es necesario ningún tratamiento. Si el médico determina que el testículo no es ectópico ni retráctil, el diagnóstico suele ser de testículo no descendido. Su hijo será remitido a un cirujano pediátrico o urólogo para una evaluación más detallada.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para los testículos no descendidos?

Si el testículo de su hijo no desciende por sí solo antes de su primer cumpleaños, está indicado realizar un tipo de intervención quirúrgica denominada orquiopexia para desplazar el testículo hacia el escroto.

  • Si el testículo puede palparse en la ingle, la orquiopexia se realizará probablemente a través de una pequeña incisión en la ingle. Tras realizar la liberación del testículo de su ubicación en el abdomen, posteriormente se introducirá en el escroto. Los niños suelen volver a casa ese mismo día o a la mañana siguiente.
  • Si el testículo no puede palparse en la ingle (esto ocurre en uno de cada cinco niños con un testículo no descendido), puede que el testículo se encuentre en el abdomen o que simplemente esté ausente. Es necesario realizar más exploraciones para asegurarse de que no queda un testículo en el abdomen, como ecografía o resonancia magnética. Si el testículo se encuentra en la cavidad abdominal, será necesario realizar un abordaje laparoscópico para descender en uno o dos tiempos el testículo al escroto.

La cirugía es muy recomendable para reducir el riesgo de cáncer o infertilidad, mejorar la imagen corporal de su hijo durante la adolescencia y la edad adulta, y reducir los efectos a largo plazo y el riesgo de cáncer o infertilidad.

En la mayoría de los casos, los médicos pueden reparar un testículo no descendido con una única y sencilla operación alrededor de los 12 meses de edad.

¿Cuáles son las complicaciones asociadas a la cirugía?

Las complicaciones de la cirugía son relativamente raras, pero en algunos casos pueden incluir hemorragias e infecciones. La complicación más frecuente -que sigue siendo bastante rara- es que el testículo desplazado vuelva a la ingle. En este caso, los médicos tendrán que realizar otra intervención quirúrgica. En casos muy raros, un testículo puede perder su riego sanguíneo, lo que lo hará inviable. Se convertirá en tejido cicatricial. Pero, de nuevo, esto es muy raro.

Los pacientes pueden sentir algunas molestias después de la operación, pero la mayoría de los niños se sienten mejor al cabo de un día. Es recomendable que evite sentarse en juguetes de montar durante unas dos semanas para evitar lesiones en el testículo. Es necesario realizar revisiones anuales para comprobar que el testículo crece con normalidad.

¿Cuál es el pronóstico a largo plazo para los niños con testículos no descendidos?

Los testículos no descendidos pueden aumentar el riesgo de infertilidad, sobre todo si están afectados ambos testículos. Sin embargo, los varones con un testículo no descendido suelen tener hijos en la misma proporción que los que no padecen esta afección.

Los varones con dos testículos no descendidos -un porcentaje mucho menor de pacientes- tienen una tasa de fertilidad significativamente más baja. Un niño con testículos no descendidos es ligeramente más propenso a desarrollar cáncer testicular, incluso después de una intervención quirúrgica correctora. Sin embargo, la cirugía realizada antes de la pubertad puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer.

Los padres deben saber que los casos de cáncer relacionados con testículos no descendidos son raros. La intervención quirúrgica es importante porque el testículo se encuentra en un lugar donde el joven puede palpar una masa en caso de que se desarrolle.