Quiste Tirogloso
Quiste Tirogloso
¿Qué es un quiste del conducto tirogloso?
Un quiste del conducto tirogloso es una masa o bulto en la parte anterior del cuello que está llena de líquido. Mientras el bebé se desarrolla en el útero, la glándula tiroides comienza en la base de la lengua. Antes del nacimiento, la glándula tiroides se desplaza en el cuello hasta su posición habitual, debajo del cartílago tiroides y encima del esternón.
Una parte de este trayecto por el que se desplaza la glándula tiroides puede llenarse de un líquido similar al moco, creando un quiste del conducto tirogloso.
¿Cómo se diagnostica un quiste del conducto tirogloso?
Un quiste del conducto tirogloso suele descubrirse inicialmente durante una exploración física en un niño que no presenta otros síntomas. La familia o el médico detectan la masa en la línea media superior del cuello.
Dado que en el cuello pueden aparecer masas muy diversas, es necesario realizar un estudio de imagen. Generalmente este estudio es una ecografía cervical, aunque a veces puede solicitarse una tomografía computarizada (TAC) o una resonancia magnética (RM).
La finalidad del estudio de imagen es determinar si la masa es quística en lugar de sólida y documentar la presencia de una glándula tiroides normal en la parte inferior del cuello. Una masa sólida en el cuello sin glándula tiroidea distal plantea la preocupación de un llamado «tiroides ectópico» en el que la masa del cuello representa todo el tejido tiroideo del niño. Afortunadamente, esto es poco frecuente.
Existen otras masas quísticas congénitas en el cuello que pueden parecerse mucho a un quiste del conducto tirogloso. El más común es un quiste dermoide. A veces, incluso un quiste dermoide no puede distinguirse de un quiste del conducto tirogloso, basándose en la combinación de la exploración física y los estudios de imagen, y la respuesta no se conoce hasta que la masa es extirpada y examinada por un patólogo.
Preguntas Frecuentes:
¿Cómo se trata un quiste del conducto tirogloso?
El tratamiento de un quiste del conducto tirogloso es la extirpación quirúrgica. No se conoce ningún tratamiento médico, salvo en el caso de los quistes infectados del conducto tirogloso, que requieren tratamiento antibiótico inmediato.
La infección debe resolverse antes de realizar la cirugía. Está bien documentado que la extirpación de un quiste del conducto tirogloso antes de que se infecte produce un mejor resultado que si el quiste se extirpa después de una infección previa.
El tratamiento quirúrgico requiere no sólo la extirpación del quiste, sino también su posible conexión con la base de la lengua para evitar la recidiva. Esto incluye la extirpación de la porción central del hueso hioides, ya que esta conexión puede ser anterior (por delante), posterior (por detrás) o incluso dentro del propio hueso. Esta operación se denomina procedimiento de Sistrunk.
La tasa de recurrencia puede llegar al 50% si no se extirpa la parte central del hueso hioides.
¿Cuáles son los riesgos o complicaciones de la intervención del quiste del conducto tirogloso?
Las complicaciones de la intervención de Sistrunk son las habituales en cualquier operación abierta de cuello, como hematomas, seromas o infecciones postoperatorias.
La extirpación de la porción central del hueso hioides no tiene efectos adversos sobre la deglución o el habla del niño.
La recurrencia de un quiste del conducto tirogloso puede ocurrir incluso cuando se ha realizado un procedimiento de Sistrunk adecuado. Este riesgo es mayor si el quiste se ha infectado previamente.